Finca Nuevo Horizonte: una comunidad con resiliencia

 Por: Joselin Alegria Alegria*



La resiliencia se entiende como la capacidad de afrontar y adaptarse a las adversidades tanto de manera individual como colectiva, buscando transformarlas en oportunidades, en donde la comunidad se vuelve solidaria y colaborativa. De este modo, es posible afrontar situaciones futuras en las que puedan verse vulnerables, lo que fomenta una cultura de paz en la población y fortalece la identidad. 


Un ejemplo de lo anterior es el caso de la “Finca Nuevo Horizonte”, una comunidad que nació después de las guerras y desmovilizaciones en el área de Petén, Guatemala, cuando hombres, mujeres y familias de ex guerrilleros y milicianos pertenecientes a las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR) buscaban un territorio para habitar y donde pudieran retomar la vida que les había sido robada por los conflictos armados. Encontrando así un espacio territorial de 900 hectáreas que se localizaba prácticamente desértico en donde ellos vieron vida. 


Por otro lado, el inicio no fue sencillo, el lugar pertenecía al gobierno, quien les impuso una hipoteca de 3, 300, 000 quetzales con intereses, pero siendo una comunidad desmovilizada no tenían el recurso necesario para poder pagar la deuda; sin embargo, eso no fue un impedimento para que comenzaran a trabajar con la finalidad de obtener recursos para la construcción de sus viviendas y mejorar su calidad de vida.


En primer lugar se desarrolló un proyecto productivo con granos básicos con el objetivo de recuperar las semillas nativas realizando una reforestación en la que cada año se sembraron miles de árboles hasta lograr tener un millón de estos, lo que les permitía comenzar a tener un espacio que promoviera el cuidado del medioambiente en beneficio de la flora y la fauna y con ello generaron recursos que les permitieron cubrir sus necesidades como construir sus viviendas. 


En segundo lugar se consiguió formar una alianza con la Unión Europea, quienes apoyaron con capacitaciones, principalmente en administración y preparación técnica. Del mismo modo, comenzaron un proyecto de ganadería; al inicio era bueno para la economía, pero también afectaba al medio ambiente, por lo cual decidieron vender las vacas que les quedaban y reforestaron el área habitada por los animales, manteniendo la armonía que los caracterizó desde el inicio. 


Por último, después de 23 años de lucha y resistencia consiguieron pagar la deuda al gobierno. Gracias al esfuerzo y dedicación lograron construir sus viviendas en la que cada una cuenta con los servicios básicos e incluso conexión a internet, dentro de la finca cuentan con una tienda, un centro de salud para emergencias, el vivero en donde realiza reproducción de diferentes árboles y semillas, entre otros recursos y actividades que les ayudan a seguir generando ingresos, lo que les permite llevar una vida digna y armoniosa.


En conclusión, la “Finca Nuevo Horizonte” es un claro ejemplo de resiliencia, quienes transformaron las adversidades en oportunidades, siendo impulsados por un motor de paz y desarrollo. Con un arduo trabajo y esfuerzo colectivo lograron superar sus desafíos económicos, sociales y ambientales, construyendo su identidad común y un bienestar compartido, y conseguir una comunidad armoniosa y comprometida con mostrar su trabajo y su historia. 


*Estudiante de la Licenciatura en en Gestión del Turismo Natural y Cultural en el Campus Tequisquiapan


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