Mensajes yo para la asertividad

Por: Luisa Ojeda


La herramienta que por excelencia se recomienda cuando hablamos de gestión pacífica de conflictos, es la comunicación; el diálogo se reconoce como una forma de prevenir la escalada de conflictos.

Dialogar implica exponer la información que concierne al conflicto, poner en práctica una escucha activa para el entendimiento de las ideas que se enuncian, de manera que estas llamen a la empatía y sean susceptibles de ser transformadas en el encuentro con la otra persona. Recordemos que, desde la Teoría de Conflictos, propuesta por Galtung, es la transformación lo que permite hacer una regulación positiva de los conflictos, ya que la transformación está orienta a trascenderlo, ir más allá de su estado actual y re-articularlo en una nueva realidad.

De aquí que se hable de la asertividad y la inteligencia emocional como claves para crear vínculos no sólo pacíficos sino significativos con nuestro entorno. Cultivar estas habilidades permite formas de expresión más honestas, directas y equilibradas, de manera que, al expresar nuestras ideas, o defender nuestros intereses y derechos, evitemos generar juicios y perjudicar a las demás personas. 

Sin embargo, no siempre nos es sencillo identificar cómo aperturar diálogos desde la comunicación no violenta. Sobre todo, cuando hemos crecido en un contexto cultura y estructural donde parece adecuado zanjar las conversaciones culpando a las otras personas del conflicto en el que nos estamos viendo inmersxs. Parafraseando a Aristóteles en su Ética a Nicómaco, si estamos pasando por una situación de conflicto, decir lo exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y el modo correcto, no es sencillo (1). 

Una de las herramientas propuestas, es el mensaje yo, el cual busca minimizar las actitudes defensivas ante los desacuerdos y expresar que nos hacemos cargo de aquello que sentimos, pensamos y deseamos en relación al conflicto, en vez de responsabilizar a la otra persona sobre ello, comunicar sin reprochar nada; es decir, en vez de comunicarnos a través del mensaje tú. Ejemplo:


Mensaje tú: ¡Siempre estás gritando, eres escandalosx! ¡Ya cállate!.

Mensaje yo: Levantas mucho la voz y no logro concentrarme. Me siento molestx.


Para construir mensajes yo, puedes tomar en consideración cuatro sencillos pasos:

  1. Describe la situación o comportamiento que te disgusta o molesta, pero sin juzgar. Por ejemplo, si te molesta una mentira, habla de la mentira, no de la persona llamándola mentirosa.


  • Me has mentido sobre el informe de esta mañana.

  • Eres una persona mentirosa.



  1. Describe qué pasa en ti cuando eso sucede. Por ejemplo: Me has mentido sobre el informe de esta mañana, ahora dudo de volver a confiar en ti


  1. Expresa qué sentimientos te causa ese comportamiento: Me hace sentir decepcionadx y molestx



  1. Enuncia las consecuencias de que la otra persona repita o mantenga las mismas conductas que te hacen sentirte en conflicto con ella. Recuerda que se trata de decir lo que te gustaría que pasara: Me gustaría que en futuras ocasiones me pidas ayuda con anticipación si te das cuenta de que no estará listo a tiempo


Pero recuerda que expresar lo que nos gustaría como desenlace de la situación, quizás no es lo que la otra persona desea, pero enunciar nuestra posición nos da la posibilidad de negociar. Respirar, tomar unos segundos y reflexionar sobre si lo que buscamos es descargar nuestras tensiones en las personas o gestionar una posible solución, puede evitar que nuestras emociones se desborden.




(1) La cita es: “Cualquiera puede enfadarse, eso es algo muy sencillo. Pero enfadarse con la persona adecuada, en el grado exacto, en el momento oportuno, con el propósito justo y del modo correcto, eso, ciertamente, no resulta tan sencillo.”

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