La fragilidad en las relaciones humanas y la importancia de rodearse de personas que te brinden paz.

Por: Karla Denisse Herrera Martínez





El sociólogo polaco-británico, Zygmunt Bauman, realizó un análisis de las relaciones humanas en la sociedad contemporánea, a través de una de sus obras más reconocidas: “Amor líquido” (2003). En este contexto, las relaciones personales, al igual que otros aspectos de la vida moderna, se han vuelto efímeras, inestables y reemplazables. Uno de los argumentos más fuertes que expresa Bauman, es que la modernidad líquida promueve la individualidad, la satisfacción inmediata y el miedo o rechazo al compromiso profundo. La analogía de la “liquidez” en las formas de amar, hace referencia a imaginar los vínculos personales como agua; es decir, de vínculos frágiles que no se pueden sostener, y se refleja en las relaciones personales de la actualidad, mismas que ofrecen comodidad y el placer sin comprometer la independencia de la persona. 


En este sentido, el autor realiza una exploración en cómo las relaciones digitales han transformado dramáticamente las formas de vinculación entre individuos. Desde luego que, la tecnología facilita la conexión y elimina las barreras de tiempo y espacio; sin embargo, también genera que existan relaciones desechables y superficiales. Esto permite tener en consideración que, actualmente, las personas desean cercanía y amor, pero hay un profundo rechazo al compromiso y la vulnerabilidad que conllevan las relaciones duraderas. La forma “líquida” de amar es insatisfactoria y genera una constante búsqueda de seguridad emocional y que nunca se satisface completamente. 


Por ende, las relaciones líquidas afectan la salud mental de distintas maneras, dada su naturaleza inestable y superficial. Eventualmente, la inestabilidad de las relaciones líquidas genera una ansiedad continua por el temor a ser “reemplazado” o abandono en cualquier momento. Así mismo, la falta de certeza puede crear inseguridad tanto en las personas como en la relación, que a su vez, afecta la autoestima y la confianza personal. En este mismo contexto, las personas tienden a entrar y salir de vínculos de manera frecuente, lo que genera un desgaste emocional, y se traduce a una dificultad de apego y genera una barrera emocional que puede dificultar la construcción de relaciones futuras. De igual modo, la volatilidad de las relaciones líquidas fomenta la idea de “usar y desechar”, que puede derivar en un sentimiento de desconfianza hacia los demás, y afecta la capacidad de construir relaciones estables, pues crea barreras emocionales que limitan una conexión profunda. 


No obstante, una forma de evitar caer en las relaciones líquidas, es considerar la paz como un pilar en las relaciones saludables. En este sentido, “la paz es una cualidad deseable universalmente, es valorada por todas las sociedades y culturas, a nivel de los estados y países, y también en los hogares, en las relaciones interpersonales y en el interior de cada individuo”. Por otra parte, el sociólogo noruego, Johan Galtung describe la paz positiva como la generación de una relación armoniosa y ella se consigue cuando dos o más entidades en conflicto emprenden proyectos juntos y los beneficios que genera ese proyecto son repartidos equitativamente. No iguales matemáticamente, pero es importante que no haya desigualdades flagrantes entre las partes.  


A continuación se presentan varias recomendaciones para establecer vínculos personales saludables: 

  1. Ser tú mismo desde el principio de una relación y permite que a otra persona sea auténtica. 

  2. Fomenta una comunicación abierta en la que puedas expresar tus opiniones y sentimientos con sinceridad, sin temor a ser juzgado.

  3. Las relaciones profundas requieren tiempo y paciencia. Las relaciones que brindan paz no suelen formarse de maner instantánea, sino que se construyen con confianza y tiempo compartido

  4. Practicar la empatía y la escucha activa ayuda a crear una conexión auténtica.

  5. Busca calidad en los vínculos que desarrolles; es decir, personas que te respeten y te aporten apoyo y con quienes compartas valores. 

  6. Establece límites claros sobre lo que estás dispuesto a aceptar y lo que no, y respeta también los límites de la otra persona.

  7. Practica la autocompasión, trabaja en tu autoestima y reconoce que el valor de una relación no depende de la valoración externa. 


En conclusión, las relaciones líquidas, al carecer de estabilidad y profundidad, pueden tener un impacto negativo en la salud mental, promoviendo ansiedad, soledad y desconfianza, así como la dificultad en el desarrollo de vínculos afectivos sólidos y seguros. Por lo anterior, es importante crear relaciones que aporten paz y tranquilidad mediante un proceso que requiere de compromiso, claridad y voluntad de profundizar en los vínculos personales. Esto ayuda a construir relaciones que sean más significativas y enriquecedoras a largo plazo. 



Bibliografía:

Raffino, Equipo editorial, Etecé (25 de septiembre de 2024). Paz. Enciclopedia Concepto. Recuperado el 8 de noviembre de 2024 de https://concepto.de/paz/.

Fuente: https://concepto.de/paz/#ixzz8r14pQhCY

Comentarios

  1. Me encanta la analogía del amor líquido. En efecto, casi siempre las personas tendemos a desearle a nuestros seres queridos "que todo fluya". Pero tal y como nos comparte la autora, mejor aterrizar o corroborar prioridades concretas con certezas y compromisos, y no dar por sentado nada ☺️ saludos!

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